Islandia, sin apellidos



En Islandia, los apellidos funcionan de manera un poco diferente a otros países. En lugar de tener un apellido familiar que se transmite de generación en generación, los islandeses utilizan un sistema de apellidos patronímicos.
 
Un apellido patronímico se forma utilizando el nombre del padre o, en algunos casos, de la madre, seguido de "-son" (hijo) o "-dóttir" (hija). Por ejemplo, si el padre se llama Jón, el hijo llevaría el apellido Jónsson, y si la madre se llama Anna, la hija llevaría el apellido Annadóttir.
 
Es importante destacar que los apellidos patronímicos no son hereditarios, por lo que cada generación tiene un nuevo apellido basado en el nombre de su padre o madre. Esto significa que los hermanos pueden tener apellidos diferentes.
 
Sin embargo, desde 1991, los islandeses tienen la opción de utilizar apellidos hereditarios en lugar de los patronímicos. Esto se logra mediante la combinación del apellido patronímico del padre con el apellido patronímico de la madre, separados por un guion. Por ejemplo, si el padre se llama Jónsson y la madre se llama Annadóttir, el hijo podría llevar el apellido Jónsson-Annadóttir.
 

La razón por la cual los islandeses utilizan apellidos patronímicos en lugar de apellidos hereditarios tiene sus raíces en la historia y la cultura de Islandia. Este sistema de apellidos tiene una larga tradición y se remonta a los tiempos de los vikingos.
 
En la antigüedad, los islandeses no tenían apellidos hereditarios como los que conocemos hoy en día. En cambio, utilizaban un sistema de nombres basado en el nombre del padre o de la madre. Esto se debía en parte a la falta de una estructura feudal en Islandia, donde no existían tierras heredadas ni títulos nobiliarios.
 
El uso de apellidos patronímicos permitía identificar la filiación de una persona y su lugar dentro de la sociedad islandesa. Además, este sistema también facilitaba la distinción entre personas con el mismo nombre, ya que los nombres propios eran bastante limitados en Islandia.
 
A lo largo de los siglos, este sistema se ha mantenido y se ha convertido en una parte importante de la identidad islandesa. Aunque desde 1991 se permite el uso de apellidos hereditarios, muchos islandeses aún prefieren mantener la tradición de los apellidos patronímicos.
 
Es importante destacar que este sistema también tiene ventajas prácticas, ya que facilita la investigación genealógica y la trazabilidad de los linajes familiares en Islandia.
 
José Altimiras Lampré
2018