Presentación






Soy José Altimiras Lampré,  nacido en Santiago de Chile en 1957 mis estudios de diseño gráfico y artístico fueron poco a poco reemplazados por las tecnologías y me desarrollé entorno a la computación ocupando en los años 80 la dirección de procesos de datos en la empresa privada por ese entonces pionera en utilizar computadores para sus actividades. Posteriormente mudé mi campo a la supervisión de obras en  diferentes empresas contratistas del área metal mecánica preferentemente en la ciudad de Quillota, terminando dicha actividad cerca del 2010. Paralelamente inicio una recopilación de datos en investigación de mi propia familia con el fin de conocer mi propio origen hasta ese entonces limitado a un par de generaciones atrás, dando así la partida a una actividad en el área de la genealogía que poco a poco fue tornándose una pasión. Haciendo uso de todas las plataformas dedicadas al tema probando todos los softwares aparecidos, fuí reuniendo y enlazando a cada individuo con su pasado, lo que pronto se fue extendiendo a otras personas relacionadas siempre pero ya fuera de mi familia. Saltando de hermanos a cónyuges, de sus padres a sus abuelos y de estos a otros individuos, pronto ya tenía unidos a una cantidad de 10.000 registros todos encadenados y que por un lado u otro ya cubrían parte del espectro político chileno con casi la totalidad de sus Presidentes y Próceres.
Mucha documentación, miles de certificados obtenidos y revisados, consultas, bibliotecas y todo instrumento sirve para mi objetivo.
Para poder plasmar estos datos utilicé siempre plataformas gratuitas disponibles con ciertas restricciones como son MyHeritage, Geneanet y software como Gramps , RootsMagics etc. 
Pronto mi preocupación y objetivo fue girando entorno a la idea de preservar estos datos para la utilización de generaciones futuras que teniendo quizás la misma inquietud mía, puedan simplificar esa búsqueda.
Por años fui saltando de webs, buscando alguna que pudiese perpetuar datos y mantenerlos en forma gratuita. Difícil tarea, la gran mayoría dedicada a lucrar (cosa que no objeto) , intercambian nuestra propia información a cambio de una membresía y pago por mantener y proporcionar datos. Debo reconocer que usando diferentes plataformas, fui obteniendo los datos que de otro modo eran pagados.
Pero siempre persistía la preocupación por la permanencia y acceso futuro a los datos.
El año 2012 radicado ya en Santiago nuevamente, y dedicado a una microempresa del área de la joyería, con más tiempos y nuevos bríos, me incorporé a los trabajos realizados por una institución de corte religioso que compartía los mismos principios y objetivos míos en cuanto al valor de la obtención y preservación de las datos familiares. Dicha organización, que si bien es cierto, está muy lejos de mis creencias, cumple plena y satisfactoriamente mi propósito y me refiero al programa Family Search, patrocinado y dirigido por una gran organización como lo es La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días, con su base en Salt Lake, en EEUU. Esta organización dispone de toda una red de información y un sistema digital de primera línea para ir almacenando y poniendo a disposición de la gente sin ningún cobro de sus datos.
Esto incluye una bóveda en las montañas al estilo de un búnker para preservar sus archivos. Durante muchos años está organización a ido de país en país recopilando todo tipo de registros, llámese eclesiásticos, laicos o gubernamentales para ir digitalizando y poniendolos a disposición.
En su web de acceso gratuito y sin interceder con sus creencias religiosas han creado un árbol genealógico mundial basado en los antecedentes recopilados de estos archivos recopilados, permitiendo tener a la vista, literalmente y en forma online, dichos documentos haciendo la tarea de búsqueda muy aliviada y productiva.
Cabe señalar que también se preservan fotografías, historias y todo tipo de documentos a perpetuidad.
Hoy puedo descansar y sentir que mi modesta recopilación fruto de muchas horas dedicadas a la búsqueda de datos, está a buen recaudo y sé que un día, quizás no muy lejano, algún descendiente que tenga la misma curiosidad que yo tuve un día, pueda encontrar respuestas a una misma pregunta: ¿De donde vengo?

José Altimiras Lampré
2022